5 de junio de 2010

BALLY VAUGHAN



Para animar un poco a Inés, que ya empezaba a creer que en África no hay elefantes, nos fuimos a una pequeña reserva cercana a Harare, a pasar dos días. Autentico lodge inglés, a dos horas de cualquier civilización, en mitad de la savana, con toda la paz necesaria para que los animales crean que estan en libertad. De hecho lo están, aunque les dan de comer. Como un pequeño zoo sin ser un zoo. SIn luz a partir de las 5 y media, y nada que hacer. Un placer. Washington aparece cada vez que te acercas al fuego exterior que encienden cada día en el jardín, y te ofrece té, café... La comida es riquísima. Eso lo agradecí porque aquí hay días que no comes, o si quieres comer comes mal. Otros, es sorprendente, desayunas huevos pochés con salmón ahumado y tostadas con mantequilla. O deliciosos sandwiches de banana con bacon. Paradojas de África. Los días que no comes haces unas fotos buenísimas y te das cuenta de lo poco que hace falta para sobrevivir, día tras día. Me imagino cuales serán las aspiraciones de gentes como las que estamos "conociendo". No somos nadie. No sabemos nada, nos sobra todo. Todo.

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